
Es increíble como el prisionero después de haber anhelado salir del campo de concentración durante tanto tiempo cae en una depresión al salir. El prisionero había luchado tanto tiempo por vivir este momento que cuando llega no se lo espera y se encuentra ante una realidad peor a la imaginada. El prisionero había mantenido una fuerte esperanza en una vida con libertad a la que había atribuido valores muy atractivos para hacer que de algún modo luchara por ella y no se rindiera en el campo. Se imaginaba una vida gozosa.
Esto de algún modo nos sucede a nosotros. Por ejemplo con el verano. Un estudiante siempre está deseando que se acabe el colegio para poder gozar del verano, pero cuando llega no es como se esperaba, es un poco peor.
Pablo F.
No hay comentarios:
Publicar un comentario